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XPA 1Tradicionalmente con el advenimiento del taylorismo productivo y el desarrollo del Estado del Bienestar, el sector salud inició su preocupación por la satisfacción del paciente. Ésta se entiendía de forma fragmentada, según las interacciones del paciente con el sistema sanitario en los diferentes tramos diagnósticos y terapéuticos. Por ejemplo, un reciente análisis de las quejas de los usuarios de la sanidad pública en la comunidad valenciana señalaba que el diagnóstico, las demoras en la asistencia, y deficiencias en el trato, concentraban el grueso de los problemas.

Pero el enfoque del hospital como empresa de servicios, donde se busca conocer la satisfacción del paciente como cliente ya ha sido superada por una visión más holística; que busca conocer la experiencia global del paciente como sujeto activo. En este sentido cabe decir que el desarrollo de las sociedades democráticas del mundo occidental que suscriben y potencian los derechos del ciudadano, y por tanto de los pacientes, ha ayudado mucho. Las recomendaciones NICE de calidad, recogidas en el artículo de 2014, "Experiencia del paciente en servicios del NHS: mejorar la experiencia del cuidado de personas que usan los servicios del NHS para adultos" abundan en este aspecto. Por tanto, no es de extrañar que la aparición de la figura del defensor del paciente en algunos hospitales, una de las recomendaciones sobre salud y derechos humanos.

mirar con lupaEn los últimos años ha habido una eclosión de apps de salud. Un informe reciente contabilizaba 165.000 apps de salud (1). Teniendo en cuenta que la farmacia comunitaria española gestiona unas 18.000 referencias diferentes de medicamentos, 165.000 es un número muy significativo. Al contrario de lo que sucede en el mercado farmacéutico, ni la seguridad ni la eficacia de las apps de salud han sido valoradas en todos los casos (2). A pesar de esta situación, se han producido algunos intentos de definición y regulación del ámbito como por ejemplo en la FDA (3). Además, la efectividad de estas apps no siempre ha sido probada. Por ejemplo, en el caso de las apps que promueven la actividad física, se ha descrito ausencia de cambios de comportamiento (4). Por otra parte, se debe de recordar que el time to market de una app puede ser de un año, mientras el time to market de un medicamento es de más de 10 años (5). Este timing no favorece la reflexión, ni la evaluación de las apps.

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EL RINCÓN DE LA EVIDENCIA Pau Gascon
Sobre salud Pública. Farmacéutico

Han aparecido voces resaltando la deriva que están tomando las líneas editoriales de las revistas científicas biomédicas.

Son líneas que buscan la novedad y las hipótesis intelectualmente sexies. Esta dinámica hace que los algunos investigadores se decanten por elaborar artículos de este tipo, aunque después se esté demostrando que son irreproducibles los resultados de sus experimentos en un elevado porcentaje.